12 abril 2013

Introspección

La mañana sigue nublada. Una lluvia escasa y un desagradable viento sur, se unen al casi cotidiano viaje en autobús, en esta forzada introspección. Mis seres queridos llevan tiempo aconsejándome que me centre, que no me disperse dejando jirones cargados de palabras en esa múltiples bitácoras donde escribo vacuidades. Me cuesta seguir consejos, asimilar razonamientos ajenos cuando rozan la esfera personal. ¿Quién lo diría? Media vida dedicado a dar consejos, a intentar transmitir conocimientos, provocar debates y a que se generen ideas en ellos... y me cuesta aplicarme las mínimas reglas que cualquier persona debe seguir para no quedarse en el estadio de ameba de su desarrollo personal. Resumiendo, he decidido reducir mi presencia en la blogosfera. Voy a intentar publicar en un único blog, en el intitulado "Desde la muga", aquellas entradas que son sencillamente una especie de catarsis, de terapia, contando alguna verdad y, sobre todo, cultivando el bello arte de la mentira, la fabulación. Al fin y al cabo, esa frontera o muga que existe entre tu verdad y mi mentira es tan neblinosa que recuerda muchas de mis percepciones visuales.
De vez en cuando replicaré, en descarado autoplagio, alguna de estas entradas en mis otras bitácoras, cuyo número casi desconozco. Alguna vez me has comentado el por qué de tantas y tan diferentes ventanas o caras. No lo sé, supongo que hay una mezcla de narcisismo inmerecido, de afán por compartir inquietudes en esa laberíntica, fría y anónima red, de intentar mejorar mi esgrima literaria, de dejar fluir algunas de mis múltiples caras... no lo sé, sinceramente no lo sé. Sabes que me gusta Pessoa y, tal vez, intentando recrear algún que otro sueño juvenil en el que llegaba a ser escritor, médico tropicalista y otras miles de cosas más que se quedaron por el camino, el hecho de crear múltiples bitácoras era una especie de mala copia de sus numerosos alter egos. ¡Ahí se quedan, como la basura espacial! Tal vez algún día en que la pereza no me gane la partida realice una limpieza y deje un poco más liviana su carga. No prometo nada.
Las entradas de carácter científico y pseudo científico seguirán apareciendo en "Mikrobios" . Debo ser fiel a la institución para la que trabajo y si las magras visitas que recibe el blog sirven para algo, no seré quien niegue esa humilde ayuda. Trataré de ser más constante, sobre todo ahora que veo en el horizonte una futura reducción, bastante racional, del número de clases que tendré que impartir. Este curso y los cuatro anteriores, mi docencia real ha sido excesivamente superior a la debería haber impartido. Este hecho lo han tenido que sufrir mis pacientes alumnos. Si en condiciones "normales" mis clases no son memorables por su bondad, con esta saturación de clases su calidad se ha deteriorado de forma evidente. Aprovecharé este oasis temporal para escuchar de verdad a mis colaboradores, para que nuestro equipo de investigación no padezca tanto mi autismo y que mis estudiantes de doctorado noten que verdaderamente existo.
Termina el trayecto del autobús y con él acaba esta entrada. Lo escrito, estaré aquí de vez en cuando para contarme muchas mentiras y alguna verdad.

13 octubre 2007

Actitudes personales

Nos comentaba Carlos, nuestro profesor de “Actitudes personales”, que definir claramente lo que es o se considera una relación sexual es ciertamente imposible si se quiere conseguir una opinión unánime, un consenso, entre los diferentes profesionales que se relacionan con la Sexología (sexólogos, médicos, psicólogos, antropólogos, filósofos, sociólogos,…).
Para unos, una relación sexual sería aquella que nos proporciona un placer de los sentidos, el cuerpo, el alma, bien en compañía de nuestro/a/s amante/s, en solitario o circunstancialmente con cualquier ser vivo que comparta un espacio con nosotros, con independencia de que exista contacto físico. Esta visión es bastante global, casi, casi rozando con el panteísmo y la integración con nuestra amada Gaia e, incluso, con la totalidad del Cosmos.
Para otros, sexo equivaldría exclusivamente a coito. Esta visión tan “falocéntrica”, es bastante “reduccionista” pero contrariamente a lo que podría parecer es de las más extendidas. Para una gran mayoría de la población planetaria, una relación sexual no se consuma si no hay penetración. Teniendo esto en cuenta no habría sexo cuando los dos miembros de la pareja son mujeres o cuando esta está formada por hombres y dentro de sus juegos sexuales no hay penetración anal.
A muchos de los que lean éste post les sorprenderán esas últimas disquisiciones pero simplemente voy a comentar un par de datos que sobrecogen por su actualidad y por sintonizar con la opinión de muchos de nuestros ciudadanos.
Uno de estos datos es el del tan cacareado impeachment al que fue sometido el ex-presidente de EE.UU., Bill Clinton por sus relaciones ¿sexuales? con la mediáticamente célebre Monica Lewinsky. Recordarán que el ex-presidente se defendió alegando que el no consideraba (o no sabía) que el sexo oral y los demás juegos eróticos mantenidos entre ambos fueran parte de una relación sexual. El argumento parece que le sirvió para conseguir sus propósitos porque la gran mayoría de los implicados en el proceso, por lo menos de cara a la galería de los mass media, estuvieron de acuerdo con sus palabras.
El otro dato es un poco más antiguo. San Agustín, uno de los grandes padres de la Iglesia cristiana, gran conocedor de la materia de la que tratamos en este post, se dedicó a escribir una serie de recomendaciones para los futuros cónyuges en su etapa de noviazgo o pre-noviazgo. Venía a decir que las muestras de afecto recíprocas entre amados podían incluir todo tipo de tocamientos e, incluso, la penetración anal, aunque nunca la penetración vaginal porque esta última suponía la pérdida de la virginidad de la mujer que debía ir “intacta” al matrimonio. La penetración anal al ser “contra natura”, aun siendo pecado (y por tanto perdonable mediante confesión, contrición y completo arrepentimiento), podía ser parte de la ceremonia amatoria permisible en ciertas situaciones de apremio.
Y como padres tiene la Santa Madre Iglesia no voy a tratar de discutir en uno u otro sentido.
La verdad es que el objeto de este post era muy diferente al empezar a escribir. Deseaba realmente expresar mi sentimiento de pesar porque personas tan válidas como Carlos, que saben transmitir a sus alumnos conocimientos y, sobre todo, una forma de valorar, criticar y discutir los conocimientos propios y ajenos, dejen su magisterio bien por alcanzar una determinada edad (denominada “de jubilación”) o porque se les vaya poco a poco marginando porque se van imponiendo ideas más light en lo que se considera la enseñanza del siglo XXI. Mientras que otros muchos de los que se dedican a enseñar, por llamarlo de alguna forma discreta, prestarían mejores servicios o empresas a la comunidad en otras áreas de la vida profesional.
Y lo digo con conocimiento de causa porque llevo casi 24 años formando (o deformando) a estudiantes universitarios y veo cada vez con mayor claridad que mientras que los alumnos, mayoritariamente, siguen llegando con grandes ilusiones por adquirir conocimientos, competencias, habilidades…, muchos de mis compañeros parece ser que tienen bastante con poder sobrevivir a sus caos personales.

16 mayo 2005

Amor, Sexo y Curiosidad

Amor y Sexo son experiencias vitales y nos expresamos en gran parte como hemos aprendido. La curiosidad es fundamental para el aprendizaje sobre todo en el vasto campo de la Sexualidad.